Durante la dictadura franquista, la tijera de la censura fue utilizada para mutilar miles de películas. Una falda muy corta: prohibida. Un escote muy largo: prohibido. Besos sensuales: prohibidos. Sexo explícito: prohibidísimo. En medio de toda esa represión, la sociedad española se encontraba encerrada en sí misma y el "destape" se convirtió en una forma de libertad.

 

              En 1976, a comienzos de la transición a la democracia, un desnudo completo de 3 segundos protagonizado por María José Cantudo, en “La trastienda” atrajo a 2,6 millones de espectadores a las salas de cine. Un año después, el 1 de diciembre de 1977, con el primer gobierno del presidente Adolfo Suárez, se suprimía definitivamente la censura y las películas tomaban la clasificación “S” (filmes con sexo más explícito, sin llegar a ser pornográfico).

​

​

​

​

​

​

​

​

​

 

              

 

 

 

 

 

 

 

             España estaba escandalizada, pero deseosa de más raciones de ese erotismo. El cine “S” alcanzó su punto álgido entre 1978 y 1983, tras el estreno de “Una loca extravagancia sexy”, que fue la primera producción española en recibir dicha clasificación. Lo más importante era el morbo con temas como el adulterio, sexo en grupo, lesbianas, colegialas…  Los títulos tampoco se quedaban atrás en explicitud: “La orgía”, “El fontanero, su mujer y otras cosas de meter” y “¿Podrías con 5 chicas a la vez?”, eran entre otros, una llamada rápida y muy sugerente para atraer al público.

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

 

              

 

 

 

 

 

​

​

              El beneficio estaba asegurado. Las producciones tenían un coste bajo, se grababan rápido y la rentabilidad era extraordinaria. En poco tiempo, un grupo de actrices conocidas como «musas del destape», alcanzaron una fama que se recuerda hasta estos días. Entre las más destacadas se encuentran Nadiuska, Lina Romay, Bárbara Rey, Blanca y Susana Estrada, Ágata Lys… Todas estas mujeres se convirtieron en un símbolo de libertad para la época.
 

               Con la legalización de la pornografía en 1986 y la creación de salas y filmes X, el destape caducó. Los consumidores de este material no se andaban con rodeos y la sensualidad anterior no era suficiente. La compra y alquiler de cintas de vídeo pornográficas estaba a la orden del día a mediados de los ochenta. Entre 1985 y 1988 se emitió en televisión el Cine de Medianoche, con contenidos sexuales, violentos o inapropiados para horarios normales. Lo que para aquella época era algo novedoso, que requería tener la mente muy abierta, hoy en día es tan habitual que hasta los niños están expuestos a ese tipo de escenas.

 

               En 2008, como homenaje al "destape", se estrena “Los años desnudos. Clasificada S”, dirigida por Dunia Ayaso y Félix Sabroso. Esta película trata de explicar la relación entre mujeres y hombres de la época y el cambio tan complicado que representaban. "Había mujeres que empezaban a luchar contra el machismo, a expresar su sexualidad y a reclamar sus derechos“, comenta Sabroso. A su juicio, aquello era un comienzo, pero las mujeres estaban rodeadas de un "machismo recalcitrante" y de una "España aletargada" por tantos años de represión. El destape era un fenómeno inevitable y una señal de un nuevo tiempo. "Era, se supone, un símbolo de libertad, pero sus consumidores eran hombres reprimidos y víctimas de un sistema autoritario" relata el director. Según Félix Sabroso, la mujer de hoy en día, como la de aquella época, tiene que seguir luchando por sus derechos y reivindicarse en una "sociedad que camina deprisa sin demasiado lugar para el análisis o la reflexión".